Pasear por las calles de esta ciudad es un encuentro, con la diversidad cultural, es una forma de rememorar uno de los períodos más relevantes de nuestra historia. 

A simple vista, es una ciudad que atrae al visitante, por su arquitectura, pero también su ambiente y clima sobre todo en primavera y en otoño, con temperaturas suaves.

Es una maravilla pasear por la orilla del rio Guadalquivir, o al- wadi al -kabir, como lo llamaron los árabes, este rio es el responsable sin duda del desarrollo de la ciudad. 

Sus barrios más emblemáticos, Triana el lugar de artesanos ceramistas o alfareros por un lado o el de la Macarena que aún conserva un lienzo de las murallas que antaño cercaron la ciudad.

Una ciudad que se visita de forma muy cómoda pues posee uno de los cascos históricos más grandes de Europa, pero a la vez, los lugares de interés están todos muy cerca unos de otros.

No te puedes perder el Alcázar, uno de los palacios todavía en uso más antiguos de Europa, muy cerquita se encuentra también la Catedral, imponente, la tercera más grande del mundo. 

Y su gastronomía diversa que puedes probar de forma variada, si te decides por unas tapas. 

Encontrarás actividades para hacer en cualquier momento del día, pero también sitios estupendos donde tomarte un descanso.